lunes, 27 de noviembre de 2017

Un cuerpo simulado, una escritura errante: Poemas de Isabel de Sá

Selección, traducción y presentación de Agustín Abreu Cornelio

Isabel de Sá (Esmoriz, Portugal, 1951), en sus facetas de poeta y de artista plástica, es autora de una obra caracterizada por la convivencia de infancia y decrepitud, de muerte y erotismo; poesía aporética que no evade el conflicto, la crisis, sino que sienta en ella sus mejores logros. Por lo anterior, su enunciante lírico suele difractarse o fluctuar entre distintos géneros, y su expresión goza lo mismo ante lo hermoso que ante lo horrible. En estos sentidos es posible emparentarla, por un lado, con la concepción de Georges Bataille sobre el erotismo y, por otro, con la exuberancia lírica de la poeta uruguaya Marosa di Giorgio. Su trayectoria literaria inició con la publicación de Esquizo Frenia (1979) e incluye otros quince títulos; Repetir o poema (2005), de donde extraemos los siguientes textos, agrupa los libros anteriores a 1999.



De Esquizo Frenia (1979)

Fui a la calle a buscar la muerte que andaba por las paredes trastornada como un perro rabioso. Le ofrecí el brazo, la traje conmigo, la hice mi amante. Nos acostamos en un lecho de lino y en secreto me habló por días sobre su infancia, la soledad bajo la tierra, el amor por la naturaleza. Me explicó cómo acariciaba a los bichos comedores de cadáveres y de su alegría maliciosa.
La muerte cobró mucha importancia para mí. Comencé a vestirla de ropas albas, coserle flores al cráneo, amando su cara lívida, iniciándola en una sensualidad sin fin.
Entonces, una mañana la Muerte sonrió mostrando en los labios su carácter perfecto, exento de mezquindad; me besó la boca, las piernas, el corazón. Me perturbó.
En mi interior países hervían, millones de rostros voltearon hacia la luz:
todo era claro como nunca sucediera.

Comenzaba otra vida: se dio la iluminación.


"Qué conversación más aborrecida", página 281 del Libro de artista (2013).


De En nombre del cuerpo (1986)

“La palabra”
Encontrar la palabra exacta que defina mi amor por ella. Palabra extraña al formalismo, próxima al encantamiento. Gastar la sílaba como se gasta la faz en plena fatiga, iniciar la fuga al sufrimiento, a la incertidumbre. Estremecerse al primer contacto —a ese lenguaje paradisiaco del instante: el brazo que se extiende a lo largo del espaldar de un sofá y toca, por inadvertencia, mi hombro; el dedo que cierra un pacto con mi piel y me perturba. Pormenores mínimos, como por acaso, una sonrisa, establecen la complicidad entre nosotros. Yo, ella, apenas dos cuerpos.


“Pacto”
La mirada me hablaba de un pacto, esa locura. La muchacha tenía cabellos negros, el pájaro se hacía eterno sobre el mármol. Inevitable la angustia de la infancia, otrora expiada y gélida. Pero, si el abismo volviera, nada podría moverlo de aquel instante de espejos donde la revelación se despedazaba. El susto como emoción primera. El muro blanco volvía a la página, incluso el niño rubio. Un punto luminoso en el paisaje.
Una adolescencia mortífera arrancaría a la vida del tedio insoportable. Volvería la locura, mano de lodo estrujado contra mi cara. De largos cabellos oscuros, la muchacha perseguía la pasión a través de mi piel. Su boca bellísima.





De Escribo para desistir (1988)

Soy apenas esto: un cuerpo que simula, un mirar errante. Soy la figura a quien le está permitido observar la representación de los demás. Mi cuerpo fue siempre quebradizo pero el alma nunca fue frágil. Permaneció como granito sobre arena sintiendo el embate de la marea. La erosión produjo sus efectos, alisó las aristas, pero todo quedó intacto en el interior. Lo que hoy es turbulencia ha de ser todo o nada, no depende de mí.

“Nuestro amor deshace el trío”
Recordarte, es amar los cuerpos que compartimos. Lo que me atrae de ti pertenece a la sabiduría del texto, a la primera palabra murmurada. Lo que me atrae del amor es la indeterminación, el impulso inicial. Los rostros que amé en tu ausencia fueron tocados por ti a través de mi piel. Nadie puede esclarecer su alma al margen de este pacto. Nuestro amor deshace el trío.
Es en la tiniebla que me obligo a reconocer lo que escribo. Sucumbo a una grave abstracción de pensamiento donde llego a salir tocada por la invocación de la palabra.


"La vida en movimiento" (2013)

De Poetas suicidas (1990)

“Poetas suicidas”
A partir de hoy
pondré en un cartapacio
los recortes sobre poetas
suicidas, como éste que habla
de Cesare Pavese. La muerte en un hotel,
de ese modo provocada, me parece frívola.
Ya sé que su cadáver
no quedó en el olvido.
Y esto me recuerda un personaje
de Peter Handke que dice
citar a una señora
para que al morir no pase mucho tiempo
sin dársele por muerto.

Tras el almuerzo, después del café,
miro tu cuerpo perfecto y pequeño,
tu rostro, tu sonrisa.
Y en el espejo veo las palabras
del suicida:
“Además, en los rostros, toda la gente

ya comenzó a morir.”

domingo, 12 de noviembre de 2017

Algunas Cartas revolucionarias de Diane di Prima

Selección, traducción y presentación de Agustín Abreu Cornelio

Como el resto de poetas beat, Diane di Prima (Nueva York, 1934) politizó su expresión en términos de clase y de raza, pero también asumió una preocupación de género que parecían no compartir otros miembros del grupo como Kerouac o William Burroughs. En Revolutionary Letters (1971) como en el posterior Loba (1978), Di Prima aborda el sujeto poético desde un punto que pretendía desarticular las jerarquías: los estados alterados de conciencia y la experimentación erótica problematizaban las fronteras entre el Yo y lo Otro, abogando por una comunidad más inclusiva y políticamente activa. Dada la crítica circunstancia de la política estadounidense actual, se impone una revisión de aquellos autores que, como di Prima, desde el pacifismo, el feminismo, el black power, la contracultura, hicieron tambalear al discurso de distintos órdenes de gobierno hace cincuenta años. 

Alice Simkins escribió un breve y sentido artículo sobre ella y su legado, el cual puede consultarse aquí.
La colección completa de Revolutionary Poems puede leerse en inglés en la Biblioteca del Anarquista.


En una lectura en el Gas Light Cafe, de Nueva York, en 1969.


 “Carta revolucionaria #1”

apenas me doy cuenta que la inversión es en mí misma
no tengo otro
dinero para rescate, nada que canjear u ofrecer salvo mi vida
mi espíritu racionado, en trozos, esparcido sobre
la mesa de la ruleta, recobro lo que puedo
nada más que meter bajo las narices del maître de jeu
nada que lanzar por la ventana, ni bandera blanca
esta carne, toda la que tengo para ofrecer, hacerle el juego a
esta cabeza contigua, lo que de ella surge, mi movida
al escurrirnos sobre el tablero, siempre pisando
(esperamos) entre las líneas



“Carta revolucionaria #2”

el valor de la vida individual el credo que nos enseñaron
para inspirar miedo e inacción, “sólo se vive una vez”
una cortina de humo, somos
interminables como el mar, no separados, morimos
un millón de veces al día, nacemos
un millón de veces, en cada aliento vida y muerte:
levántate, ponte los zapatos, comienza
alguien terminará

Tribu
un organismo, una carne, alentando júbilo como las estrellas
alentando en nosotros un destino, avanzar
unir las manos, ir al negocio, miles de hijos
lo verán cuando caigas, crecerás
mil veces en los vientres de tus hermanas




“Carta revolucionaria #3”

almacena agua; deja claro tu punto al llenar la tina de baño
con el primer indicio de problemas: ellos apagaron el agua corriente
en el 4º distrito por todo un día durante los disturbios de Newark;
o aún mejor hazte el hábito
de mantener la tina limpia y llena cuando no se use
cámbiala una vez al día, debe estar en condiciones
para lavar, descargar los excusados cuando sea necesario
y cocinar, si no hubiese más remedio, pero es buena idea
mantener a la mano también agua embotellada
consigue un par de jarras de cinco galones y tenlas llenas
para cocinar

almacena comida; cosas secas como arroz y frijol se guardan mejor
duran más. SAL MUY IMPORTANTE: restablece
salud y energía también, ten al alcance un par
de libras de sal de mar y, porque estamos mimados, algunas latas
de atún, etc. para sostener la moral, sostener el sentido
de la ‘dieta balanceada’, la ‘ingesta de proteínas, recuerda
las tiendas pueden estar cerradas algún tiempo, los camiones
pueden no llegar a tu distrito por semanas, puedes sobrellevarlo indefinidamente
con 20 libras de arroz integral
20 libras de harina integral
10 libras de fécula de maíz
10libras de alubias o soya
5 libras de sal de mar
2 litros de aceite
fruta seca y nueces
agrega nutrientes y una sensación de lujo
a esta dieta, un calabacín o un coco
en un lugar fresco de tu piso durará seis meses

recuerda que todos nosotros solemos comer menos
que el ‘americano promedio’ y llévalo con calma
antes de que nos demos
cuenta de nuestra hambre el resto estará desfalleciendo
acostumbrados como están a la carne y la leche fresca diariamente
y la ayuda llegará, hasta el día en que no llegue ayuda
y entonces te encuentres solo

acumula cerillos, ya que no somos buenos
en eso de frotar un palo con otro
la yesca es útil, si sabes usarla
no cuentes con estufa de gas, calentador de gas
luz eléctrica
ten una parrilla y carbón, ENCENDEDOR DE CARBÓN una ayuda
lámparas de queroseno y velas, aprende a mantenerte caliente
con tu aliento
recuerda el bendito hábito americano de amontonarse


Con el poeta Amiri Baraka en 1960.


“Carta revolucionaria #4”

Que sea la propia gente
quien se deje crecer el pelo.
Que sean ellos quienes
se quiten los zapatos.
Que sean ellos quienes hagan el amor
duerman tranquilos
compartan cobijas, yerba e hijos
ellos no son flojos o temerosos
siembran plantas, sonríen
platican entre ellos. La palabra
les llegará: un toque de amor,
en el cerebro, el oído.

Regresamos con el mar, las mareas
regresamos tanto como nos vamos, numerosos
como la hierba, amables, insistentes, recordamos
el camino, nuestros bebés

se tambalean descalzos a través de las ciudades del universo

Entradas populares