La partida
Por tu modo de morir, por ese modo de conocer yo adiviné,
viajabas en la antigüedad.
Tus ojos miraban mi manera de vivir, mi manera de ser,
tí sabías estas cosas.
Un abandono misterioso, un permanente silencio.
Unos latidos en la lluvia y tú,
en esta húmeda oscuridad, y también mis huesos,
yo siento la pena infinita con que me van a dejar.
Te lo ruego:
cuando mires no me mires.
Una piedra
Buscaré en el confín del horizonte, en la oscuridad del recuerdo y más allá de él,
alguna presencia oculta en mi presencia
--buscaré más allá del miedo y del olvido, y me iré de mí.
Buscaré un tú en algún yo, un mí en algún tú, una piedra.
El que yo no esté importa poco.
Allá me quedaré.