de Lawrence Ferlinghetti
2
Justo como solía decir
el amor pega fuerte a los
mayores
porque han estado corriendo
por los mismos raíles hace tanto
y cuando les toca la aguja del
cambio
pierden la salida
y se queman en el raíl equivocado
mientras
el alegre cabús se va volando
y el maquinista no reconoce
sus nuevas bocinas eléctricas
y los mayores corren en la espuela oxidada
que llega hasta
la hierba muerta donde
las oxidadas latas y los
resortes de una cama y las navajas
viejas de las rasuradoras y los
colchones mullidos
yacen
y el raíl se queda muerto
justo ahí
aunque las corbatas continúen
algún tiempo
y los mayores
se digan a sí mismos
Bueno
debe ser este el lugar
donde se supone que yaceremos
Y lo hagan
mientras las luces del vagón
cantina se alejen presurosas
a lo alto
de una colina
con sus ventanas plenas de cielo y
amantes
con flores
con su cabello largo ondulando
y todos riendo
y saludando y
murmurando entre ellos
y mirando hacia afuera y
preguntándose qué cementerio
en donde los raíles terminan
es ese
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